
5 averías más comunes en la bicicleta de carretera
La bicicleta de carretera es la compañera fiel de muchos aficionados y profesionales del ciclismo. Su ligereza, eficiencia en la transferencia de potencia y aerodinámica la convierten en una herramienta imprescindible para quienes buscan velocidad y rendimiento sobre el asfalto. Sin embargo, su exigente uso y constante exposición a las inclemencias del clima y condiciones del terreno la hacen susceptible a múltiples averías.
Conocer las fallas más frecuentes que puede presentar tu bicicleta de carretera es esencial para anticiparse a los problemas, prolongar la vida útil de sus componentes y, sobre todo, mantener la seguridad en cada salida.
A continuación, analizamos las cinco averías más comunes en la bicicleta de carretera, cómo prevenirlas, qué señales las delatan y qué hacer cuando ocurren.
1. Problemas en los frenos: pérdida de potencia, ruidos y tacto irregular
¿Por qué ocurren?
Los frenos —ya sean de zapata o de disco— son un elemento esencial en términos de seguridad. En la carretera, donde los descensos pueden alcanzar velocidades de 70 km/h o más, una falla en el sistema de frenado puede ocasionar accidentes graves.
Las averías más frecuentes en los frenos de carretera incluyen:
- Ruido chirriante o chillido al frenar
- Vibraciones o tacto irregular en la maneta
- Pérdida de potencia en la frenada
- Discos de freno que rozan constantemente con las pastillas
- Discos o zapatas contaminadas
Causas comunes
- Desgaste de las pastillas (en frenos de disco) o zapatas (en frenos de llanta)
- Contaminación por aceite, grasa o aerosoles
- Discos de freno doblados por golpes o manipulación incorrecta
- Pastillas mal alineadas o cristalizadas
- Entrada de aire en los frenos hidráulicos
Soluciones recomendadas
- Revisa el grosor de las pastillas de freno. En el caso de Shimano, por ejemplo, se recomienda cambiarlas por debajo de 1,5 mm.
- Limpieza con alcohol isopropílico y un paño limpio para retirar cualquier residuo o grasa de los discos o zapatas.
- Evita tocar los discos con los dedos o aplicar aerosoles en exceso.
- Endereza el disco con una herramienta especial si se ha doblado ligeramente. Si la deformación es severa, sustitúyelo.
- Purgar los frenos hidráulicos si presentan tacto esponjoso o la maneta se hunde.
Prevención
- Realiza un mantenimiento visual frecuente (pastillas, discos, alineación).
- Evita frenadas prolongadas en descensos: aplica frenado intermitente para evitar el sobrecalentamiento.
- No manipules la bicicleta frenando sin la rueda colocada (riesgo de que las pastillas se cierren).
2. Pinchazos: el peor enemigo de una ruta
¿Por qué son tan frecuentes?
Aunque las cubiertas para carretera han mejorado en resistencia en los últimos años, los pinchazos siguen siendo una de las averías más constantes. Una simple piedra afilada, un cristal o un clavo podría interrumpir una jornada de entrenamiento o competición.
Sin embargo, no todos los pinchazos son iguales. Se pueden producir por:
- Perforaciones externas (cristales, espinas, clavos)
- Mordidas o pellizcos por llantazo (baja presión)
- Desgaste excesivo de la cubierta
- Defectos en el fondo de llanta
Soluciones rápidas
- Llevar y saber usar un kit de reparación de pinchazos (parches, desmontables, bomba/asistencia de CO₂).
- Sustituir la cámara por una nueva si el pinchazo es considerable (cortes grandes).
- Revisar siempre que no haya objetos punzantes adheridos a la cubierta internamente antes de volver a montar.
Evita los pinchazos con estas recomendaciones
- Verifica la presión antes de cada salida. Una presión baja aumenta la posibilidad de pellizcos, mientras que una presión excesiva puede derivar en reventones. Ajusta según tu peso y el tipo de ruta.
- Usa cubiertas reforzadas para los entrenamientos o rutas urbanas, y guarda las cubiertas ultraligeras para competición.
- Instala bandas antipinchazos entre cubierta y cámara.
- Considera pasarte a un sistema tubeless (sin cámara) con líquido sellador, que sella instantáneamente pinchazos pequeños y te permite seguir rodando.
- Las ruedas macizas (como las de Tannus Airless) son una opción definitiva para quien quiere olvidarse de los pinchazos, ideal para ciclistas urbanos.
3. Problemas en el cambio: desajustes, salto de cadena y mal funcionamiento
Descripción de la avería
Pocas cosas resultan más frustrantes que un cambio de marchas que no responde como debería. Entre las señales de alerta más evidentes encontramos:
- La cadena se salta entre piñones sin que cambies tú de marcha
- El cambio tarda en subir o bajar
- Las marchas no engranan del todo
- La maneta de cambio presenta dureza o no responde
Causas más habituales
- Patilla de cambio doblada o desalineada (por caída, golpe o desgaste)
- Tensión inadecuada del cable de cambio
- Fundas deterioradas u obstruidas
- Cable de cambio seco o corroído
- Cadena excesivamente desgastada
Cómo solucionarlos
- Verifica que la patilla del cambio esté recta. Puedes hacerlo visualmente o con una herramienta específica.
- Lubrica el cable y verifica que las fundas estén en buen estado y sin curvaturas excesivas.
- Ajusta las roscas de tensión de cable desde el desviador trasero o la maneta.
- Si los cambios saltan o no suben, puedes necesitar revisar los topes del cambio (tornillos L y H).
- Usa un medidor de cadena para comprobar si está "estirada" en exceso (por lo general, debe cambiarse cada 2.000 a 4.000 km, según uso y mantenimiento).
Recomendaciones de mantenimiento
- Limpieza frecuente del sistema de transmisión con productos específicos (ni desengrasante industrial ni jabón perfumado).
- Lubricación adecuada con un aceite seco o cera para condiciones de carretera (evita los aceites pegajosos que atraen polvo).
- Sustituye cables y fundas una vez al año si tu grupo es mecánico.
4. Desgaste y fallos en la cadena, platos y cassette
¿Qué problemas presentan?
- Salto de cadena al aplicar fuerza al pedal
- Ruido constante de rozamiento metálico
- Imposibilidad de mantener la cadena en un piñón cuando pedaleas
- Sensación de pérdida de tracción al sprintar
¿Qué los provoca?
- Cadena desgastada que no encaja bien en dientes de platos o piñones
- Platos o cassette con dientes deformados, desgastados o mellados
- Montaje incorrecto del cierre rápido de la cadena (en cadenas modernas)
- Lubricación inadecuada o nula: la fricción constante acelera el desgaste
Soluciones y cambios necesarios
- Reemplaza la cadena al primer signo de estiramiento. Utiliza un medidor de desgaste.
- Si al poner una cadena nueva se produce salto al pedalear, es probable que el cassette o los platos estén desgastados y debas cambiarlos también.
- Revisa el estado de las roldanas del cambio trasero, ya que acumulan mucha suciedad y fricción.
- Si estás en plena salida y se rompe la cadena, un eslabón rápido o un tronchacadenas te salvará el día.
Prevenciones clave
- Mantener la cadena limpia y lubricada puede evitar sorpresas desagradables.
- Usa el tipo de lubricante adecuado (seco o húmedo): condiciones lluviosas/lluvia intermitente requieren grasas más resistentes.
- Evita cruces extremos de cadena (plato grande y piñón grande o plato pequeño y piñón pequeño), que fuerzan todo el sistema y aceleran el desgaste.
- Cambia la cadena antes de que afecte a los otros componentes costosos (cassette y platos).
5. Problemas en las ruedas y neumáticos: holgura, desalineación o deterioro
Síntomas a observar
- La rueda presenta "juego" al moverla lateralmente
- Ruido metálico procedente de la rueda (núcleo, radios sueltos)
- Llanta descentrada (se mueve como serpentín)
- La válvula de la cámara de aire se mueve o pierde presión constantemente
- Cortes o grietas visibles en las cubiertas
Posibles causas
- Desgaste o rotura en el núcleo del buje trasero
- Rodamientos con juego o agarrotados
- Radios flojos, desajustados o rotos
- Llanta doblada por impacto o caída
- Neumáticos con desgaste excesivo o presión insuficiente
Soluciones recomendadas
- Centrado de rueda: puedes hacerlo en casa si tienes herramientas, pero lo más seguro es acudir a un taller.
- Comprobación de los rodamientos del buje: si están bloqueados o con demasiado juego, deben reemplazarse.
- Sustituye los neumáticos cuando veas los testigos de desgaste, grietas o protuberancias.
- Comprueba el fondo de llanta, que puede generar pinchazos si está deteriorado.
- Si la válvula presenta fugas, sustituye la cámara o cambia la válvula.
Consejos preventivos
- Usa una bomba de calidad con manómetro para verificar la presión óptima según el fabricante.
- No esperes a ver el hilo o la carcasa bajo la goma para cambiar los neumáticos.
- Si entrenas con frecuencia, alterna entre ruedas de entrenamiento más resistentes y ruedas de competición ultraligeras sólo para ciertos días.
- Cambia las cubiertas cada 3.000–6.000 km dependiendo del modelo, tipo de compuesto y peso del ciclista.
Consideraciones finales
Una bicicleta de carretera en perfectas condiciones no solo es más eficiente, sino también más segura. Muchas de las averías comentadas pueden evitarse con un mantenimiento periódico, atención al detalle y algo de experiencia en mecánica básica.
Si bien puede parecer una inversión de tiempo y dinero, cuidar tu bicicleta te ahorrará disgustos mayores como caídas, roturas graves o averías en ruta que pueden dejarte tirado a muchos kilómetros de casa.
Recuerda que cada componente tiene su vida útil:
- Cadena: 2000-4000 km (según uso y mantenimiento)
- Cubiertas: 3000-6000 km
- Frenos: revisar pastillas cada 1000 km, y cambiar discos si están por debajo del grosor mínimo
- Cables y fundas: cada año si son mecánicos
- Cassette y platos: duración interdependiente de la cadena
Por último, al igual que con un coche, no dudes en confiar en manos profesionales si alguna avería supera tus conocimientos. Una bicicleta bien cuidada no solo prolonga su vida útil, sino que permite disfrutar del ciclismo al máximo.
¡Sal a rodar sin preocupaciones y mantén tu bici siempre a punto!
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