El equipo Tudor montará un complejo laboratorio para su proyecto

En un movimiento que refleja una ambición sin precedentes dentro del mundo del ciclismo profesional, el equipo Tudor Pro Cycling ha anunciado la creación de un laboratorio de alto rendimiento deportivo, con el objetivo de convertirse en una referencia internacional en preparación física, control biomédico, biomecánica, y optimización de rendimiento. Bajo el liderazgo de Fabian Cancellara, doble campeón olímpico y uno de los ciclistas más icónicos del siglo XXI, el equipo Tudor ha anunciado oficialmente su intención de montar unas instalaciones científicas de primer nivel para impulsar su proyecto ciclista al WorldTour y más allá.

Este plan no solo busca revolucionar la preparación de sus corredores, sino también atraer nuevo talento, nutrir sus protocolos de entrenamiento con datos punteros y convertirse en uno de los equipos más innovadores y tecnológicamente avanzados del pelotón internacional.

A continuación, desarrollamos cómo será este laboratorio, qué tecnologías incluirá, los objetivos del equipo, sus fichajes estrella como Julian Alaphilippe y Marc Hirschi, y cómo esta estrategia encaja en su búsqueda de dominar el ciclismo global.

La visión de Fabian Cancellara y Tudor Pro Cycling Team

Desde su fundación en 2022, el equipo Tudor Pro Cycling Team ha estado impulsado por una ideología clara: modernizar el ciclismo profesional mediante tecnología, ciencia y humanización. Su fundador, Fabian Cancellara, dejó clara su ambición desde el principio: “No queremos ser un equipo más, queremos convertirnos en un referente de cómo debe funcionar un equipo del siglo XXI. Y eso solo es posible integrando todos los conocimientos científicos, tecnológicos y deportivos, así como la esencia del equipo Tudor”.

Este enfoque ha llevado al equipo a desarrollarse rápidamente, consiguiendo resultados positivos en carreras del calendario ProSeries y en varias competiciones continentales, así como una invitación (wildcard) para disputar el Tour de Francia 2025.

Sin embargo, su ambición va más allá de clasificaciones: sueñan con establecer un modelo de desarrollo integral de ciclistas. Para ello, el nuevo laboratorio es la piedra angular de la próxima fase de expansión.

¿Qué incluirá el laboratorio de alto rendimiento?

El laboratorio multidisciplinar que Tudor quiere construir será un centro de excelencia equipado con las herramientas más avanzadas del deporte de élite. Aunque no se ha publicado la ubicación exacta ni fecha de inauguración, fuentes del equipo han revelado detalles fundamentales:

1. Biomecánica avanzada y estudios de postura

Uno de los pilares del laboratorio serán las instalaciones de análisis biomecánico. Este área trabajará sobre el ajuste postural de los ciclistas (bike fitting), mediciones en 3D, análisis de la presión del sillín, alineación de caderas y tobillos, distribución del peso, y optimización de palancas para maximizar eficiencia.

Esto irá complementado con sesiones en el túnel de viento virtual y simuladores computarizados para predecir capacidades aerodinámicas en diferentes condiciones. Tecnologías similares ya han sido populares en equipos como Visma | Lease a Bike o UAE Team Emirates, y ahora Tudor quiere colocarse a la vanguardia en este campo.

2. Control fisiológico mediante pruebas de lactato

El laboratorio contará con dispositivos para tests de lactato en esfuerzo máximo y submáximo, lo que permitirá establecer con precisión los umbrales aeróbicos y anaeróbicos de sus corredores.

Tal y como se muestra en el vídeo de Global Cycling Network, estas pruebas se realizan en intervalos regulares, tomando muestras de sangre para medir lactato en distintos niveles de intensidad. Tudores utilizará estos datos no solo para personalizar sesiones de entrenamiento, sino también para recuperaciones activas y estrategias de pacing en carreras clave.

3. VO2 Max y potencia crítica

Se incluirán salas de medición directa de VO2 Max con sistemas de análisis de gases exhalados. Estas pruebas determinarán la capacidad aeróbica máxima del atleta, considerada uno de los factores más relevantes en ciclismo profesional.

Además, harán pruebas de "critical power" (potencia crítica) y "W prime", conceptos vitales en el entrenamiento moderno que miden el equilibrio entre resistencia sostenida y capacidad explosiva de recuperación. Estas pruebas las realizará el equipo bajo la dirección del Dr. James Spragg, entrenador y científico del deporte especializado en durabilidad.

4. Plataformas de fuerza y cámaras de movimiento

También se contemplan plataformas de medición de fuerza, cámaras de análisis cinemático y software de captura de movimiento en 3D. Estas herramientas servirán para evaluar desequilibrios musculares, picos de activación, tiempos de reacción y eficiencia de zancada en sesiones específicas de core, pesas y ejercicios funcionales.

Podemos esperar que las instalaciones también sirvan para prevenir lesiones mediante análisis de patrones repetitivos, inspección de asimetrías y evaluación diaria del estado físico de cada corredor.

5. Área médica y análisis metabólico

Otro punto esencial será la inclusión de laboratorios clínicos internos para análisis hematológicos, monitoreo de niveles hormonales, constantes en esfuerzo y tolerancia térmica. Esto permitirá integrar ciencia médica y deporte de forma aún más afinada.

El control del metabolismo será constante, incluyendo análisis de cociente respiratorio (utilización de grasas frente a carbohidratos), predicción de gasto calórico en reposo, y estrategias de fueling para días de ejercicio prolongado o competición.

El enfoque aquí no se queda en mejorar la salud —el objetivo es optimizar la economía de carrera: mejorar lo que los ciclistas pueden hacer con la menor cantidad de energía posible.

Julian Alaphilippe y Marc Hirschi: fichajes con mentalidad científica

Una parte sustancial del éxito de este proyecto pivota alrededor de sus estrellas fichadas para 2025: el dos veces campeón mundial Julian Alaphilippe y el suizo Marc Hirschi.

Ambos ciclistas son reconocidos no solo por su brillantez sobre la bici (Hirschi ganó la Flecha Valona y etapas en el Tour, mientras que Alaphilippe ha llevado el maillot amarillo en múltiples ocasiones), sino también por su interés en la preparación científica.

En una reciente entrevista para Velo News, Alaphilippe reconocía que se encontraba en un punto de reinvención profesional y que la propuesta de Tudor era una oportunidad de “recuperar la versión más profesional de sí mismo”. La promesa de que cada sesión, cada análisis, cada dato tuviera una función específica en su rendimiento fue decisiva para su fichaje.

Además, cuentan con otro pilar fundamental: el entrenador James Spragg, cuya especialidad es la durabilidad, es decir, cómo un ciclista responde al entrenamiento acumulado, dependencia de la capacidad de mantener output bajo fatiga, y cómo el rendimiento cambia del inicio al final de una etapa.

Este enfoque casa muy bien con ciclistas explosivos pero también tácticos, que saben guardar fuerzas para el momento crucial, como Hirschi y el propio Alaphilippe.

Tecnología, ciencia, y cultura de equipo

El plan del laboratorio no se limita a ser un “gimnasio tecnológico”. Pretende integrarse dentro de una nueva forma de ver el deporte: un modelo horizontal, donde los entrenadores no dan órdenes arbitrarias, sino que trabajan con datos compartidos con nutricionistas, fisioterapeutas, ingenieros y los propios ciclistas.

Como indica el poste oficial del Tudor Pro Cycling Team en LinkedIn, están reclutando perfiles científicos como nutricionistas de alto rendimiento, coordinadores de biomecánica y médicos deportivos con formación en bioquímica.

Cancellara lo resume así: “Cada ciclista es una ecuación biológica diferente. Si respetas esa individualidad, puedes construir campeones. No solo necesitamos piernas fuertes, necesitamos cerebros alimentados con datos precisos”.

El objetivo: ascenso al WorldTour entre 2026 y 2027

Actualmente Tudor compite en la categoría ProTeam, el segundo escalón del ciclismo profesional. Sin embargo, la meta es clara: conseguir la promoción al WorldTour —la élite absoluta— en el siguiente periodo de licencias UCI.

Para ello, necesitan acumular una gran cantidad de puntos UCI —algo que planean lograr concentrando su calendario en monumentos, clásicas WorldTour, y carreras por etapas de alto perfil como París-Niza y el Tour de Suiza, donde ya han mostrado actuaciones prometedoras.

Además, ya han recibido una “wild card” para el Tour de Francia 2025—aunque no garantiza la participación anual, es una señal clara de que ASO (organizadora del Tour) confía en el proyecto.

El laboratorio, por tanto, forma parte del plan mayor: ganar consistencia mediante preparación de vanguardia, formar a los nuevos talentos de la cantera Tudor U23, y mantener a sus estrellas en la cúspide de forma durante toda una temporada.

Colaboraciones con empresas líderes: BMC y Red Bull Advanced Technologies

Tudor no avanza solo en esta aventura. Su laboratorio recibirá soporte técnico de empresas líderes como BMC (que diseña sus bicicletas) y Red Bull Advanced Technologies, el mismo grupo que trabaja con la escudería campeona de Fórmula 1.

De hecho, ya están desarrollando juntos nuevos cuadros, componentes y cockpit con un enfoque completamente aero, basándose en datos generados por sensores durante los entrenamientos e integraciones con software CAD 3D.

También están en conversaciones con COSMED —firma especializada en mediciones de consumo de oxígeno (metabolismo indirecto)— y empresas como MNSTRY Nutrition para desarrollar suplementos personalizados según perfil metabólico y análisis de sangre.

¿Un modelo replicable? ¿O el futuro del ciclismo?

Varios expertos coinciden: lo que Tudor está intentando con este laboratorio no es solo para obtener beneficios locales, sino para marcar una tendencia. En palabras de James Spragg: “En los próximos 10 años, los equipos que no cuenten con instalaciones así, estarán en desventaja funcional. Esto no es una moda pasajera”.

Otros equipos como INEOS Grenadiers, Jumbo-Visma, y UAE ya han dado pasos similares, pero Tudor lo está haciendo desde el principio, integrando la ciencia como columna estructural de su identidad, no como parche a los sistemas tradicionales.

Por lo tanto, más que una estrategia de marketing o un capricho de modernidad, el laboratorio de Tudor es la respuesta pragmática a una realidad cada vez más clara: el ciclismo moderno va de wattios, sí… pero también de ciencia, perfiles genéticos, datos en tiempo real y comprensión completa del cuerpo humano.

Conclusión: una apuesta por la excelencia basada en la ciencia

El lanzamiento del laboratorio de alto rendimiento de Tudor Pro Cycling marca un antes y un después en la historia reciente del ciclismo profesional suizo —y tal vez mundial. Con una plantilla prometedora, una dirección ambiciosa y un enfoque metódico, el equipo se posiciona como uno de los proyectos más completos, coherentes y potentes del pelotón.

Desde su estructura biomecánica hasta la integración de ciencia aplicada, Tudor está llevando la preparación deportiva al siguiente nivel. Un equilibrio entre talento, infraestructura, y conocimiento. Y mientras el mundo observa cauteloso, una cosa es segura: el ciclismo ha cambiado para siempre… y Tudor quiere liderar ese cambio.

La construcción del laboratorio aún tomará varios meses, pero la maquinaria —científica, humana y técnica— ya está en marcha. El futuro se está escribiendo… pedaleando hacia la cima, con cerebro y corazón.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a El equipo Tudor montará un complejo laboratorio para su proyecto puedes visitar la categoría Noticias.

Daniel Diaz

Mi experiencia y conocimiento siguen siendo un recurso invaluable para aquellos que buscan mejorar sus habilidades y disfrutar al máximo de su amor por las bicicletas.

ENTRADAS RELACIONADAS

Subir