
La historia se repite: ¿fallo del corredor o de la organización?
El ciclismo de élite ha sido testigo de múltiples incidentes en el último año que han puesto en entredicho la seguridad y la gestión de las competiciones. Uno de los episodios más recientes y polémicos ocurrió en la Étoile de Bessèges - Tour du Gard 2025, una carrera que, en lugar de destacar por sus épicas batallas sobre la bicicleta, terminó marcada por el caos en la organización, la protesta de los ciclistas y la retirada de varios equipos.
Los sucesos de esta edición de la carrera francesa han puesto de relieve una pregunta que sigue vigente en el ciclismo profesional: ¿son los errores de los ciclistas los responsables de los incidentes en carrera, o es la organización la que ha fallado en proporcionar las condiciones adecuadas de seguridad?
Caos y desconcierto en Étoile de Bessèges 2025
La Edición 2025 de la Étoile de Bessèges, que se desarrolló del 5 al 9 de febrero, comenzó con grandes expectativas. Equipos de renombre como Ineos Grenadiers, Soudal-QuickStep y Red Bull-Bora-Hansgrohe alineaban a sus mejores corredores buscando ritmo competitivo de cara a la temporada. Sin embargo, la prueba pronto se convirtió en un desastre.
Desde la segunda etapa, las alarmas sobre la seguridad comenzaron a sonar cuando un vehículo apareció en plena carretera en dirección contraria al pelotón. El belga Maxim Van Gils (Red Bull-Bora-Hansgrohe) fue uno de los perjudicados, sufrió una caída y tuvo que abandonar la carrera.
Pero el gran escándalo ocurrió en la tercera etapa, cuando nuevamente los ciclistas encontraron vehículos en el recorrido. Alrededor de 70 corredores se detuvieron en protesta, viéndose obligados a frenar su marcha debido a la peligrosidad de la situación. La confusión fue total, con equipos enteros abandonando la carrera y declaraciones encendidas contra los organizadores.
El detonante definitivo fue la presencia de vehículos particulares en una rotonda, lo que provocó la interrupción de la etapa. Equipos como Ineos, Soudal-QuickStep, Lidl-Trek y EF Education-EasyPost tomaron la tajante decisión de retirarse, considerando que la seguridad de sus corredores estaba en peligro.
¿Desorganización o errores individuales?
El problema central del ciclismo moderno es el delicado equilibrio entre la responsabilidad individual del corredor y la responsabilidad organizativa. ¿Hasta qué punto un ciclista debe ser consciente de las condiciones del recorrido, y hasta qué punto debe confiar en que la organización garantice su seguridad?
En el pasado, han ocurrido incidentes en los que los mismos ciclistas fueron señalados como culpables de errores de navegación o imprudencias en el recorrido. Sin embargo, en el caso de Étoile de Bessèges 2025, la naturaleza de los incidentes hace difícil responsabilizar únicamente a los corredores.
El hecho de que vehículos particulares hayan ingresado en un circuito de competición demuestra deficiencias en el control de accesos y seguridad. Si bien la organización intentó justificar lo sucedido asegurando que “no contaban con los recursos suficientes para cerrar completamente la ruta”, esta explicación no es suficiente en un evento de esta magnitud y con ciclistas de élite en la carretera.
Ejemplos recientes de incidentes similares:
- Vuelta al Algarve 2025: Un error en la señalización llevó al pelotón a tomar una ruta equivocada a pocos kilómetros de la meta.
- Faun-Ardèche Classic 2025: Desorganización en el tramo final hizo que ciclistas como Enric Mas y Juan Ayuso tomaran el giro equivocado, echando por la borda todo su esfuerzo.
Estos casos muestran que no se trata de incidentes aislados ni de fallos individuales, sino de una tendencia preocupante en la falta de control sobre la seguridad de las competiciones.
Las reacciones de los corredores y equipos
Las polémicas vividas en la tercera etapa de Étoile de Bessèges hicieron que varios corredores alzaran la voz contra los organizadores.
El expresivo ciclista belga Thomas De Gendt mostró su descontento en redes sociales, diciendo:
"Tal vez ahora la UCI y los organizadores escuchen. Si no, seguimos siendo monos en un circo."
El joven talento español Juan Ayuso, que recientemente perdió un posible triunfo en Faun-Ardèche por un fallo similar, también expresó su frustración:
"Esto no puede seguir pasando. Nos preparamos durante meses para competir y esto tira por la borda todo nuestro trabajo."
Las declaraciones de descontento no solo vinieron de los corredores, sino también de los equipos técnicos y directores deportivos. El director de Red Bull-Bora-Hansgrohe, Heinrich Haussler, fue tajante tras lo sucedido en la tercera etapa:
"En esta carrera hay coches por todas partes, es peligroso. No podemos seguir compitiendo en estas condiciones."
La presión de los equipos fue tal que la UCI anunció la apertura de una investigación sobre los incidentes en la Étoile de Bessèges, aunque muchos consideran que ya es demasiado tarde y que el daño a la imagen del evento es irreparable.
El precedente que podría sentar estas protestas
Lo ocurrido en Étoile de Bessèges ha desatado un debate que podría provocar cambios en las normativas de seguridad en competiciones de ciclismo de carretera.
Uno de los principales afectados, el equipo Soudal-QuickStep, aseguró que no volverá a participar en la prueba si no se garantiza la seguridad de los corredores.
En la última década, se han implementado algunas mejoras en seguridad, como:
- Mayor uso de vallas de protección en zonas de alta velocidad.
- Coordinación con la policía local para despejar rutas.
- Supervisión más estricta de los vehículos de carrera y aperturas de accesos.
Sin embargo, a juzgar por lo ocurrido en Bessèges y otros eventos recientes, claramente no es suficiente.
Los ciclistas enfrentan riesgos enormes, no solo por la exigencia física de la competencia, sino por factores externos que podrían evitarse con una mejor gestión organizativa.
¿Qué debería cambiar para evitar futuras crisis?
- Cierres de ruta más estrictos: No se puede permitir el acceso de vehículos privados en recorridos de carrera.
- Mayor presupuesto en seguridad: Los organizadores deben hacer de la seguridad su prioridad y no depender únicamente de la infraestructura local.
- Protocolos más rigurosos para señalización y rutas: Es inaceptable que los ciclistas pierdan oportunidades por fallos en la organización.
- Sanciones a organizadores negligentes: La UCI debe aplicar sanciones contundentes en casos de incompetencia comprobada.
Si estos cambios no se realizan, es probable que sigamos viendo incidentes similares y que los equipos eviten participar en pruebas con mala reputación en términos de seguridad.
Conclusión: El ciclismo merece algo mejor
El ciclismo es un deporte de sacrificio, táctica y resistencia, pero también de riesgos. Sin embargo, no puede ser aceptable que dichos riesgos vengan de fallos organizativos evitables.
Lo ocurrido en la Étoile de Bessèges 2025 no es un simple accidente aislado, sino parte de una cadena de incidentes que evidencian una crisis en la gestión de seguridad de muchas carreras.
Los ciclistas se juegan la vida en cada competición y merecen condiciones óptimas para desarrollar su talento sin tener que preocuparse por vehículos en el recorrido o malas señalizaciones.
La UCI y los organizadores de eventos ciclistas tienen ahora la oportunidad de replantear cómo hacer del ciclismo un deporte más seguro. De lo contrario, seguramente veremos cada vez más escenas de abandono, equipo tras equipo, en señal de protesta.
Si el ciclismo quiere seguir creciendo y ofreciendo un espectáculo de calidad, es prioritario hacer de la seguridad una prioridad real, no solo palabras en un comunicado de prensa.
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