Efecto de las pastillas anticonceptivas en la mujer ciclista

En el ámbito del deporte femenino, especialmente en disciplinas de resistencia como el ciclismo, hablar de hormonación, salud menstrual y anticoncepción aún constituye un tema que no siempre está totalmente normalizado. Sin embargo, la evidencia científica y la experiencia de numerosas atletas demuestran que factores como el uso de pastillas anticonceptivas pueden influir en el rendimiento físico, el riesgo de lesiones, la recuperación e incluso en aspectos psicológicos. Por ello, en este artículo abordaremos con profundidad el efecto de las pastillas anticonceptivas en la mujer ciclista, sus implicaciones fisiológicas, beneficios, posibles riesgos y cómo integrarlas de manera estratégica al entrenamiento deportivo.

La necesidad de hablar del ciclo menstrual y los anticonceptivos en el deporte

El cuerpo femenino, a diferencia del masculino, está condicionado por variaciones hormonales cíclicas que se producen durante el ciclo menstrual. Durante las distintas fases del ciclo (menstrual, folicular, ovulatoria y lútea), aumentan y disminuyen hormonas como el estrógeno y la progesterona, lo que puede tener impacto en la energía, la motivación, la termorregulación, la retención de líquidos y la fuerza muscular.

De hecho, estudios como el de la Clínica Barcelona y el Departamento de Ciencias del Deporte de la Universidad de Massey señalan que adaptar el entrenamiento a las fases del ciclo puede mejorar el rendimiento y prevenir lesiones. En este contexto, el uso de pastillas anticonceptivas hormonales no solo cumple una función de planificación familiar, sino que también se utiliza para estabilizar los niveles hormonales, aliviar dismenorreas, reducir el sangrado y predecir con precisión los cambios fisiológicos.

Pero ¿realmente las pastillas anticonceptivas afectan el desempeño deportivo de las ciclistas? ¿Qué efectos positivos o negativos incluyen? A continuación, desglosamos las principales evidencias.

¿Qué son las pastillas anticonceptivas hormonales?

Las pastillas anticonceptivas hormonales son métodos de control de la natalidad que utilizan una combinación (o en algunos casos un solo tipo) de hormonas sintéticas, como el estrógeno y la progestina (una versión sintética de la progesterona), para inhibir la ovulación y controlar el desarrollo endometrial.

Existen diferentes presentaciones:

• Combinadas (estrógeno y progestina)
• Monofásicas o trifásicas
• De solo progestina (minipíldoras)

Por lo general, actúan de tres formas principales:

1. Inhiben la ovulación.
2. Modifican el moco cervical, dificultando la entrada de espermatozoides.
3. Cambian el endometrio, lo que reduce las posibilidades de implantación.

Desde la perspectiva deportiva, estas acciones fisiológicas pueden tener efectos secundarios tanto en la salud general como en el rendimiento físico.

¿Cómo afectan las pastillas anticonceptivas al sistema hormonal femenino?

El uso de anticonceptivos orales suprime el eje hipotalámico-hipofisario-ovárico (HHO), lo que interrumpe la producción y fluctuación natural de hormonas sexuales endógenas. Esta estabilidad artificial reduce las variaciones hormonales que las mujeres experimentan durante el ciclo menstrual.

En el caso específico del ciclismo, esta supresión puede tener ventajas y desventajas:

Beneficios:

• Permite una mejor planificación del entrenamiento al evitar la variabilidad hormonal mensual.
• Reduce dolores menstruales que podrían limitar el rendimiento.
• Disminuye el sangrado abundante, mejorando el estado energético.
• En algunos casos, reduce el riesgo de lesiones musculares y tendinosas.

Posibles desventajas:

• Puede alterar la composición corporal (incremento de grasa o retención de líquidos).
• Puede afectar la adaptación al entrenamiento de fuerza o de alta intensidad.
• En ciertos casos, disminuye la disponibilidad de energía.
• Algunas atletas reportan disminución de la motivación, fatiga crónica o estado de ánimo bajo.

Rendimiento en ciclismo y uso de anticonceptivos: ¿Qué dicen los estudios?

El ciclismo es un deporte de resistencia cardiovascular que demanda una gran cantidad de energía, una adecuada termorregulación y una recuperación eficiente. Las hormonas sexuales femeninas tienen funciones clave en estos procesos. Por ejemplo:

• El estrógeno mejora la capacidad de utilización de grasas como fuente de energía.
• La progesterona tiene un efecto termogénico que puede dificultar la termorregulación.
• Las variaciones hormonales también influyen en la percepción del dolor, el tono muscular, el metabolismo del hierro y la sensibilidad al esfuerzo.

Los anticonceptivos al modular o eliminar estas variaciones, actúan esencialmente como una “pausa” endocrina. Veamos lo que nos dice la evidencia científica.

Un nuevo estudio en Women’s Health Magazine (2023)

Un estudio reciente publicado por Women's Health desmintió algunos mitos: las mujeres que toman anticonceptivos no presentan diferencia significativa en fuerza, crecimiento muscular o potencia explosiva respecto a las que no los toman, al menos en ejercicios de fuerza controlados.

National Geographic (2024): Reducción de lesiones

En un estudio referido por National Geographic, se observó que las mujeres que tomaban anticonceptivos orales combinados tenían cinco veces menos riesgo de sufrir lesiones musculares o tendinosas repetitivas, lo cual es altamente relevante en ciclismo donde la sobrecarga acumulativa es común.

Universidad de Massey (2024): Posibles efectos inflamatorios

Por otro lado, investigaciones en la Universidad de Massey señalan que algunas mujeres ciclistas pueden presentar marcadores inflamatorios más altos con el uso prolongado de anticonceptivos hormonales. Esto podría, a largo plazo, afectar la recuperación post-entrenamiento, aunque aún se necesitan más estudios.

El impacto de los anticonceptivos sobre la composición corporal y el metabolismo

Uno de los mayores temores de ciclistas (y deportistas en general) en relación con los anticonceptivos orales es el supuesto aumento de peso o masa grasa. Aunque este efecto varía considerablemente entre mujeres, algunos aspectos están bien documentados:

• La presencia de estrógeno puede aumentar ligeramente la retención de líquidos debido a su efecto sobre la hormona antidiurética (vasopresina).
• Algunos tipos de progestinas tienen actividad androgénica que puede alterar el metabolismo lipídico.
• No hay evidencia que indique un aumento significativo de tejido graso en mujeres activas que consumen pastillas, siempre que el déficit o control calórico sea equilibrado.

Un metaanálisis publicado en 2023 por la Universidad Politécnica de Madrid indicó que la mayoría de los cambios en el peso corporal atribuibles a los anticonceptivos se deben más a fluctuaciones de líquidos que a acumulación real de grasa.

Las pastillas anticonceptivas y la salud mental de las ciclistas

La relación entre anticonceptivos hormonales y el estado emocional también ha sido objeto de estudio. Una investigación de la neurocientífica Heller (2024) reveló que las mujeres que se someten a regulación hormonal con anticoncepción presentan alteraciones en la conectividad cerebral, especialmente en zonas asociadas con el estado de ánimo y el estrés.

En atletas profesionales, donde el estrés por competencia es elevado, este puede ser un factor a tener en cuenta. Muchas ciclistas reportan cambios de humor, irritabilidad, mayor tendencia a la ansiedad o, por el contrario, una sensación de "estabilidad emocional" al no tener que lidiar con fluctuaciones cíclicas.

Además, la planificación hormonal permite, en muchos casos, evitar la menstruación durante momentos críticos de competición, lo que aporta confort y enfoque mental. Sin embargo, conviene personalizar cada caso.

Periodización del entrenamiento y anticonceptivos

Al no haber fases hormonales cíclicas intensas, algunas preparadoras físicas encuentran más sencillo estructurar ciclos de entrenamiento alrededor de la “falsa regularidad” que proporcionan las pastillas. Esto puede ser útil durante:

• Fases de acumulación de carga.
• Periodos precompetitivos.
• Competiciones de varias etapas (como el Tour femenino).

Aunque esta predictibilidad puede optimizar la logística del entrenamiento, también es necesario considerar el impacto del anticonceptivo sobre:

• La tolerancia al calor (por aumento del umbral térmico).
• La recuperación (por su posible efecto antiinflamatorio).
• El metabolismo de nutrientes (afecta la asimilación del magnesio, B6, hierro y vitamina D).

Efectos secundarios y riesgos asociados al ciclismo de élite

El ciclismo como deporte de alto rendimiento femenino ya presenta desafíos únicos como la pérdida de menstruación por déficit energético (amenorrea atlética), baja disponibilidad energética y síndrome RED-S (Relative Energy Deficiency Syndrome). En este contexto, el uso de anticonceptivos puede ser una espada de doble filo:

• Por un lado, contribuyen a evitar la pérdida de menstruación, preservando la masa ósea.
• Por otro, pueden enmascarar trastornos metabólicos si suprimen un ciclo que ya se hubiera perdido por causas patológicas.

Así lo señala un estudio de Chema Arguedas (2020) y otros expertos que indican la necesidad de monitorear si la vuelta del sangrado en realidad refleja un equilibrio hormonal verdadero o un simple “sangrado por deprivación” propio del uso de estas pastillas.

Por tanto, se recomienda realizar controles regulares de densidad ósea, marcadores de nutrición y perfil endocrinológico completo si se combinan anticonceptivos con cargas exigentes de entrenamiento.

Casos reales y testimonios de ciclistas

La atleta Ana Peleteiro fue una de las deportistas que expuso públicamente cómo el dolor menstrual afectaba dramáticamente su rendimiento, lo que le llevó a considerar estrategias hormonales para manejarlo. Su testimonio visibiliza una realidad extendida entre mujeres ciclistas: entrenar con dismenorrea severa no solo reduce el rendimiento, sino que impacta la salud psicológica y la motivación.

En muchos equipos profesionales, la utilización de anticonceptivos es habitual, no solo por motivos de planificación familiar, sino como medida de biohacking hormonal para mantener el cuerpo en un "modo estable". Algunas de ellas, sin embargo, terminan dejando el método por sentir que afecta su rendimiento, líbido o estado emocional.

La personalización es la clave.

Recomendaciones para ciclistas que toman anticonceptivos

Si eres una mujer ciclista o entrenadora y estás considerando usar pastillas anticonceptivas, ten en cuenta:

1. Consulta médica personalizada: No todas las personas reaccionan igual. Es necesario elegir el tipo y dosis adecuados.
2. Monitorea tus marcadores físicos y emocionales: Lleva un registro de cambios en tu rendimiento, motivación, composición corporal y estado de ánimo.
3. Haz chequeos periódicos de salud: Hormonas, hierro, vitamina D, densidad ósea y salud tiroidea deben ser controlados.
4. Evita usarlas como “solución rápida” a irregularidades menstruales: Estas pueden ser síntomas de otros problemas como RED-S o déficit calórico.
5. Adapta tu nutrición: Aumenta el consumo de micronutrientes como magnesio, zinc, B6 y hierro.
6. Mantén comunicación con tu preparador/a físico/a: Para ajustar la carga según tus patrones de respuesta.
7. Informa tu planificación de carrera en función del ciclo: Incluso con pastillas, puede haber un leve efecto fisiológico dependiendo del tipo.

Conclusión

El uso de pastillas anticonceptivas en la mujer ciclista es una herramienta poderosa que, bien entendida y aplicada, puede ayudar a estabilizar el rendimiento, reducir molestias menstruales y mejorar la calidad de vida deportiva. No obstante, es esencial considerarlas dentro de un enfoque integral de salud y entrenamiento individualizado.

Obviar su impacto, tanto positivo como negativo, puede llevar a decisiones mal informadas. Lo ideal es que tanto entrenadoras, nutricionistas, médicas deportivas y las propias ciclistas comprendan que el cuerpo femenino responde de forma distinta y que factores como los anticonceptivos deben integrarse dentro de una lógica de optimización del rendimiento y cuidado de largo plazo.

Todavía queda camino por recorrer, pero visibilizar su uso en el deporte, investigarlo con más profundidad y hablar de ello abiertamente es un avance significativo hacia un deporte más equitativo, informado y respetuoso con la fisiología femenina.

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